En la Península de Istria se encuentran los pueblos con más encanto de Croacia, colinas decoradas con casitas pequeñas, enclaves que desde sus alturas dominan toda Istria, llegando a ver el mar desde muchos de estos lugares.
Algunos dicen que se parece mucho a la Toscana italiana, y sinceramente no tiene nada que envidiar a la famosa región italiana. Es como transportarse al pasado, las sensaciones se intensifican cuando llegamos a Groznjan.
Un pueblito situado en lo alto de la colina que fue recuperado en los años 60 por un grupo de artistas, dándole su propio estilo a las callejuelas empedradas, y a las entradas a galerías y portales, cada una diferente, abstractas…mágicas.
Los nuevos pobladores acuden a Groznjan cuando los habitantes italianos abandonan la zona de Istria, dejando a esta villa medieval desierta.
El pueblo fue fortificado con fuertes murallas en la época veneciana dotando a Groznjan de todo lo necesario para resistir cualquier ataque externo, tenían su propia Logia renacentista, iglesias, granero y por supuesto el Palacio de Spinotti Morteani con su patio típico de la arquitectura veneciana.
En las más de 30 galerías y tienditas que hay en Groznjan encontramos souvenirs artesanales, nada que ver con los típicos regalos madre in china, y aunque se trata de Croacia, y aún la moneda es la una (2015), la mayoría de los habitantes nos aceptan euros al pagar. Comprar unas tabletas de chocolate de lavanda, o alguno de sus jabones del símbolo del país o aceite de trufa, se convertirán en un regalo único y que seguro que le encantará a quién se lo entreguéis.
En Groznjan no hay turismo de masas, no hay ordas de visitantes que impiden emberbese de tan bello lugar, aquí se respira tranquilidad y a pesar de que cada vez son más los visitantes que paran a ver este pueblo todavía conserva la discreción de lo desconocido.
El valle del Rio Mirna es el escenario que verano tras verano acoge a cientos de músicos y artistas que acuden a los festivales que se celebran en Groznjan, y os aseguramos que es el mejor de los escenarios que conocemos para escuchar música bajo las estrellas.
En el pueblo no existen hoteles pero son muchos los habitantes que alquilan sus viviendas para los oriundos, así que no tendréis problema a la hora de pernoctar aquí, y para comer existen algunos lugares como el restaurante con más solera, el Bastía, se pueden degustar platos condimentados con la famosa Trufa Istriana.
Groznjan y sus alrededores también son lugares maravillosos para realizar rutas de senderismo o cicloturismo, ahora bien, estar preparados para subir grandes cuestas hasta las numerosas colinas de la zona.
Otro lugar de alto interés, mucho más conocido y con más aglomeraciones pero que tiene un gran encanto es Motovun
